En la punta de la península de Baja California se encuentra una región que guarda una interesante dualidad: Los Cabos.
¿Cuál es esa dicotomía? A este destino turístico lo distinguen dos personalidades que son dramáticamente diferentes. Por un lado, el tranquilo San José del Cabo mantiene la apariencia y el aire de un auténtico pueblo mexicano.
Calles empedradas, restaurantes íntimos y boutiques son parte de su encanto.
Por otro lado, el estridente Cabo San Lucas, ubicado al otro lado del «Corredor», es el lugar perfecto para la fiesta, con animados bares y glamorosos centros comerciales cercanos a la marina.